Cuesta de Lipán - Pozo Colorado (RN52)

Anoche hizo frío. La lona de la tienda está cubierta por una pequeña capa de hielo e incluso si no llueve, algo de humedad parece condensarse de la niebla. Aunque nuestro campamento está convenientemente ubicado con acceso directo a la carretera, pasamos una noche tranquila. El denso tráfico se detuvo cuando cayó la noche; Menos de cinco camiones pasaron junto a nosotros durante la noche. A pesar de que hace frío, es hora de tomar alguna acción positiva, así que nos levantamos, hervimos agua para tomar un té caliente, luego desmontamos la tienda y nos subimos a las bicicletas.     

Nuestro campamento está ubicado a una altitud de 3700m / 12140ft, el paso de Lipán está a 4170m / 13680ft, lo que nos ofrece un desnivel de 470m / 1540ft para calentar. Y por suerte el tiempo mejora con el tiempo: las nubes van despejándose y permitiéndonos unas vistas fantásticas de las laderas circundantes de los Andes Argentinos.     

After a distance of about 1400 meters / 0.9 mi and 130 meters / 425 ft elevation gain, we stop and take a look back at the hairpin curves behind us where we pitched our tent last night. Up here it doesn't take much to decide to take a short break: above 3500 m, any reason for a break is appreciated.

Después de otros 1600 metros / una milla y 110 metros / 360 ft de desnivel positivo, nos detenemos en el Mirador de la Cuesta de Lipán. Volvemos a mirar nuestro campamento y el camino que hay detrás de nosotros, que serpentea cuesta arriba.

Poco antes de cruzar la línea de los 4.000m de altitud, volvemos a echar un vistazo a las tres últimas curvas del tramo superior de la Cuesta de Lipán. Las empinadas laderas en las que se construye el camino del paso quedaron detrás de nosotros.  

Frente a nosotros ahora hay un terreno mucho más llano. El gradiente se vuelve significativamente más pequeño, el 5% restante se siente bastante agradable en comparación con lo que recorrimos. El viento aquí sugiere que ya estamos bastante cerca de la cima del paso.

Desde lejos se ve el paso de Lipán con su mojón. Los últimos kilómetros los hacemos incluso bajo un cielo azul. En el "Monolito 4170m de la Cuesta de Lipán" tenemos que esperar un poco porque un grupo de viajeros que se caen de un minibús que tenemos delante ocupan la piedra para una foto de grupo. Luego es nuestro turno de tomar nuestra foto de la cumbre. ¡Hecho! 4170 metros! Apenas terminamos de tomar la foto de la cumbre cuando se detiene otro minibús con un grupo de viajeros. El conductor se baja, abre la puerta y pide a sus pasajeros que aplaudan a los ciclistas locos, y eso es lo que hacen los viajeros. ¡Gracias por animarnos!  

En el flanco occidental del paso se desarrolla un paisaje completamente diferente: el lado altiplano del Lipán es menos empinado y accidentado que la subida por el lado este. Aquí los Andes son más montañosos y se siente la increíble inmensidad de la Puna. En lugar de las curvas pronunciadas que experimentamos en la subida, la carretera aquí parece tener más bien una forma de meandro.   

Si bien nos detuvimos con frecuencia en la subida para hacer frente al aumento de elevación y los bajos niveles de oxígeno en el aire, aquí nos detenemos aún más frecuentemente para disfrutar del paisaje.  

Aquí arriba, en el Altiplano al oeste de la Cuesta de Lipán, es tan colorido como el famoso sitio de Purmamarca. Las montañas nos sorprenden con sus colores, que van del amarillo claro al rojo oscuro. Los esfuerzos de los últimos definitivamente han valido la pena.

Aunque todo es cuesta abajo desde que llegamos a la cima del paso de Lipán, todavía tenemos que pedalear fuerte porque las bicicletas no ruedan solas debido al fuerte viento. Cualquier tramo del camino que nos proteja del viento es bienvenido.

¿He mencionado lo increíblemente coloridas que son las montañas aquí?  

Después de un recorrido de unos 20 kilómetros / 12,5 millas a una altitud de 3.800 metros / 12.500 ft, termina la parte montañosa del camino. Ahora se vuelve mucho más llano, hemos llegado a la Puna, la parte argentina del Altiplano. Hay un bonito restaurante en el camino hacia Salinas Grandes, donde paramos y nos damos un capricho con un segundo desayuno tardío. Té para Marion, café para mí y una ración de huevos fritos sobre pan recién horneado. Y toda la comida bajo el cielo azul de los Andes argentinos a 16°C. No puede ser mejor.  

La Ruta 52 conduce ahora directamente hacia las Salinas Grandes, que se pueden ver desde lejos como una franja luminosa frente a la siguiente cadena montañosa. Aquí también hace bastante viento, la zona es conocida por sus fuertes vientos, que suelen soplar en dirección oeste en esta época del año.

En los últimos metros hasta nuestro alojamiento nos encontramos con un grupo de vicuñas (al menos creo que son vicuñas). Las vicuñas, junto con los guanacos, son versiones no domesticadas de estos animales, mientras que las llamas y las alpacas son sus parientes domesticados. Los animales parecen muy curiosos, pero a diferencia de mí, no parecen tener problemas con el frío o el viento.