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Etapa 2022/11 [SA011] | ||
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San Antonio de los Cobres - Abra del Acay - La Poma |
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| 85 km | |||
| 1200 Hm (garmin edge 1000) max. Altitude: 4950m | |||
 Para la empinada subida para pasar Abra el Acay, organizamos un traslado en vehículo 4x4. Héctor, nuestro conductor, nos recoge en nuestro alojamiento por la mañana y nos lleva hasta la cima del paso. En el camino, Héctor nos cuenta sus experiencias aquí en Abra el Acay y nos muestra los lugares donde ocasionalmente pudo observar algún puma. No es exactamente una información tranquilizadora. |
 En la cima del paso Abra el Acay a 4895m hacemos una parada para tomar fotografías, luego finaliza nuestro traslado. La altitud de 4895 m es un récord: si buscas una carretera que conduzca a un paso aún más alto, tienes que ir a la región del Himalaya. Por lo demás, no existe ningún paso de montaña más alto en el mundo. Unos metros detrás de la cima del puerto descargamos las bicicletas y el equipaje de la parte trasera del coche y nos ponemos en marcha. No sólo los vehículos con motor de combustión sufren una pérdida de rendimiento a esta altitud. Yo también me siento afectado por esto. |
 No deberías esperar un descenso vertiginoso y divertido hasta aquí. La Ruta 40 se mantiene regularmente en esta área, pero solo es accesible para vehículos con tracción en las cuatro ruedas. Desde grava gruesa hasta tablas de lavar onduladas y arena, la carretera ofrece prácticamente todo lo que un ciclista no necesita. Pero por muy desafiante que pueda ser la Ruta 40 en esta zona: ¡la belleza del paisaje compensa todo el esfuerzo! |
 El paisaje es árido, la vegetación escasa y el cielo azul disimula un poco el hecho de que aquí hace bastante fresco. Sin embargo, avanzamos bien y tomamos curva tras curva hacia el valle. |
 Estamos a principios de septiembre y todavía hay hielo en algunas pendientes a lo largo de la carretera y la carretera también está helada en algunos lugares. Además de cantos rodados, arena, tablas de lavar y grava, también tenemos que lidiar con una capa de hielo. Sí, aquí el agua todavía está congelada, pero las cosas se ponen aún más desagradables: dondequiera que tengamos que lidiar con agua mientras continuamos por la Ruta 40 hacia abajo desde Abra el Acay, ya no estará congelada. Y aquí no hay que esperar aguas cálidas, la pendiente helada demuestra lo contrario. |
 La Ruta 40 serpentea a lo largo de las montañas hacia los Valles Calchaquíes, llamados así por el río Calchaquí. El paisaje no es tan colorido como en la Ruta 40 al norte de San Antonio de los Cobres; Aquí arriba es bastante monótono. |
 Desde lo alto del paso pedaleamos constantemente cuesta abajo, pero aquí no es posible ir a una velocidad superior a la de caminar. Los escombros sueltos en el camino hacen que la rueda delantera se bloquee cuando frenamos y debido a la fuerte pendiente los frenos están en uso constante. |
 Tenemos que cruzar varias veces el Río Calchaquí. Nos detenemos frente al vado y discutimos por dónde queremos cruzar el agua. La profundidad del agua y la naturaleza del suelo son factores importantes; El camino más corto no siempre es el mejor. Antes de cruzar nos ponemos los pantalones impermeables y nos quitamos los calcetines, porque los zapatos mojados ya son bastante desagradables, así que ¿quién necesita calcetines mojados? |
 A pesar de toda la discusión y planificación antes del cruce, las cosas suelen ser completamente diferentes, porque a baja velocidad sobre la grava gruesa del lecho del río ya no se puede controlar la dirección de la bicicleta. Entonces todo lo que tienes que hacer es mantener el ritmo, no chocar con ninguna roca escondida y ¡definitivamente no detenerte! ¡Bajarse en medio del arroyo no es una opción! Cerrar los ojos y seguir adelante también sería un enfoque prometedor. |
 Pero quizás nuestras discusiones sobre la ruta óptima a través del agua tengan menos que ver con encontrar la mejor manera. Tal vez se trate de adquirir la confianza necesaria para superar esta pequeña aventura de forma seca. En total son cuatro vados destacables por los que pedaleamos en el camino desde lo alto del puerto hasta La Poma. Marion supera estos tramos sin problemas y demuestra que se pueden superar estas pruebas con los pies secos. |
 Yo, a mi vez, demuestro que a veces es inevitable llevar zapatos mojados cuando se conduce por arroyos de montaña y que conducir con zapatos mojados no es tan malo como se temía. Los zapatos mojados se secarán nuevamente. Sólo lleva algo de tiempo. |
 A medida que avanza el valle, el terreno se vuelve más ancho y las montañas se vuelven más coloridas. No sólo los colores se vuelven más cálidos, sino que el aire también se vuelve notablemente más agradable. Además, la carretera se vuelve cada vez más plana y aumenta la proporción de oxígeno en el aire, lo que conlleva un notable aumento del rendimiento de las piernas. |
 Por la tarde el paisaje vuelve a cambiar notablemente: dejamos el tramo caracterizado por montañas áridas de roca rojiza y nos adentramos en una zona de montañas suaves y redondeadas y vegetación verde. Aquí también hay que pasar por un vado, pero los cruces ya no son tan exigentes como en las zonas más altas de la montaña. Debido a la menor velocidad del caudal del río, el terreno del cauce ya no es tan basto como en los tramos anteriores; aquí se tiende a conducir sobre terreno fangoso. Para nosotros ahora es un agradable viaje en bicicleta hasta nuestro destino La Poma. |
 El valle ahora es lo suficientemente ancho como para que el Río Calchaquí y la Ruta 40 corran uno al lado del otro. Por debajo de los 3400 m / 11150 pies también encontramos los primeros cactus Cardón, por los que se conoce esta región. |
 Curiosamente, el pueblo de La Poma no está directamente en la Ruta 40 sino un poco al oeste de la carretera. El primer cruce conduce a La Poma Vieja, la histórica ciudad de La Poma, que fue completamente destruida por un terremoto en 1930. Un kilómetro más al sur se encuentra la actual La Poma, una ciudad con alrededor de 1.700 habitantes y una infraestructura limitada pero suficiente para los viajeros. Solicitamos hospedaje y rápidamente lo encontramos; Allí también se sirve la cena. |